
Lo mismo pasa con las palabras. Una mentira puede no valer nada, o puede cambiar el mundo. Eso de que las mentiras se acaban sabiendo es una patraña. Incluso a veces una mentira bien contada es mas fuerte que una verdad.
Las palabras pueden tambien no significar nada, o significarlo todo. El poder solo lo concede el que las pronuncia. Nacion para mi no significa nada, pero para muchos es algo por lo que luchar. Algunos desprecian la vida, otros se levantan solo por estar vivos.
Un hombre puede no ser nadie, o puede ser un presidente, todo depende de que lo nombren.
El poder es algo relativo, algo que si lo piensas, llega hasta a ser absurdo. ¿Porque hay gente por encima de otra? ¿No somos todos iguales?. Claro, eso es ante los ojos de Dios, pero ante los ojos del hombre la cosa es muy distinta. La gente no vale lo mismo, igual que las palabras. Yo puedo llamar hijo de puta a un amigo y que no pase nada, yo puedo llamarselo a un desconocido y que me parta la cara. Un hombre puede morir en Africa ejecutado, pero un Español en el corredor de la muerte moviliza a todos los programas de sobremesa (y sus espectadores) del pais.

¿No se supone que todos valemos lo mismo?
Es increible que en pleno siglo veintiuno nos sigamos dictando por algo tan relativo como el poder.
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