Hoy, a esto de las doce de la madrugada sin dar, me propongo contarles algo de lo que fui testigo el sabado mientras volvia en el metro.
Era la una de la madrugada, a mi me habian echado (lo que tienen los 17) de un bar y al dia siguiente me olia el que tenia que madrugar asi que decidi marcharme. Tras media hora o menos dando vueltas por bilbao, y a sabiendas de que en bilbao "todos los caminos llevan a moyua" llegue al metro justo cuando llegaba el mio (suerte que tuve la verdad).
Ocurrio que en el metro ademas tuve suerte y encontre un sitio libre. Luego me di cuenta de que tal vez "suerte" y "libre" fuesen dos palabras que habia usado muy a la ligera. Porque he aqui que me encontre con, por un lado y frente a mi a un tipo que sin mas, venia de algun bar e iba a otro (pues aun llevaba una botella en la mano) no tendria mas de veintidos años, lo que es alguien normal un sabado a la noche. Los de mi derecha (yo andaba con la ventana a la izquierda) y los de la izquierda del de veintidos si que eran ocupantes extraños en un metro a la una y media.
A mi lado estaban dos señoras (y con señoras me refiero a echas y derechas, cincuenta años minimo) que volvian (y he aqui mi asombro) DE FIESTA!!. Aupa esa juventud tardia, que aunque llega tarde, se recibe con alegria. Y si el que estas dos mujeres volviesen de fiesta me sorprendia, mas lo hizo la conversacion que tuvieron, de la cual inevitablemente no pude escapar, y la cual, lamentablemente, tuve que soportar.
La una, la que estaba frente a mi debia (por la conversacion que mantenian lo supuse) tener una tienda de ropa de bebe, ya que estaban hablando de sobrinos y de una "conocida" no dire amiga porque no hablaban demasiado bien de ella, que no paraba de gastar en su sobrino. Tras esta conversacion, impensable para dos personas que vienen de "fiesta" la que tenia enfrente (que era una pesada, para que nos vamos a engañar) a hablar de su hija, la que tocaba el piano, que no le estaba estudiando nada pero que oye, mientras la niña aprovase, si el piano le servia de terapia....
Estas conversaciones, realmente propias de su edad, y que a mi y al tipo (que por cierto duro dos paradas, en la siguiente se levantó y se bajo-yo creo, despue de verle la cara, que lo hizo porque no las aguantaba) nos aburrieron soberanamente me sorprendieron porque, si ya me sorprendio el que estuviesen de fiesta, mas lo hizo el que tuviesen esa capacidad de compaginar su vida y sus responsabilidades con la fiesta.
Realmente, y aunque la que tenia enfrente era una pesada como hay pocas en el mundo, yo las admire en serio. Porque yo no puedo hacer eso, la fiesta es la fiesta y las responsabilidades.... bueno, dejemoslo en un silencio.
lunes, noviembre 27, 2006
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