Un viaje en coche de hora y media da para mucho.
Puedes escuchar un disco entero.
Puedes echar una (medianamente) buena siesta.
O puedes tener una charla padre hijo sobre ti mismo y tu estrepitoso fracaso escolar.
A mi hoy me ha tocado eso.
Ha sido bastante productiva, mi padre es un tio sensato y sabe escuchar y aconsejar y esas cosas. Y me he dado cuenta de que he repetido por mi culpa. Porque, como he dicho muchas veces, soy idiota.
Todos los seres humanos tenemos dos partes, la racional y la sentimental. Lo consciente y lo inconsciente que decia Freud.
Metaforicamente el cerebro es como un coche en el que conducen estas dos partes. Unas veces conduce la sentimental y otras la racional. Nosotros "escogemos" (ahora explico esto) el conductor. Cada uno tiene sus inconvenientes, porque el inconsciente es ciego, pero el consciente nunca hace paradas divertidas.
Lo que me pasa a mi es que mi coche lo conduce un ciego.
Esto es culpa mia, porque nosotros somos los que podemos "controlar" a la parte racional, los que podemos sentarle en el asiento del conductor y no de copiloto... y bueno... supongo que yo no lo hago. Por eso ocurre que yo no consigo nunca tragarme mi orgullo, ni aguantar la estupidez y los aires de superioridad. Por eso no puedo estudiar una asignatura porque el profesor me parezca un capullo o porque me parezca realmente estupido o inutil el tema que se estudia.
Porque soy idiota y dejo que mis impulsos me guien.
Y cada vez que me doy una ostia contra un muro es cada vez que me doy cuenta de que tal vez mi parte irracional y ciega pueda conducir un par de kilometros, pero tarde o temprano no va a ver el arbol que tiene delante.
Y aun asi vuelvo a sentar al ciego a conducir.
Somos nuestros propios enemigos. Y yo estoy dejandome ganar.
sábado, junio 23, 2007
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1 comentario:
has explicado perfectamente cómo se te va la olla por ejemplo con los estudios cuando estas enamorado (en este caso). en verano, deja que el ciego conduzca tranquilamente on a highway to hell. luego ya montas al consciente.
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