Hace un rato esta hablando con una de las cuatro gatas que lee este blog ("gata" parezco un cantante de reaggeton jajajajaja) sobre el fracaso escolar y sobre el no escuchar a la gente que intenta ayudarte. Yo fui (muy poco pero lo fui) un pequeño fracaso escolar. Yo era de suspender ocho y estar sin salir todo el año. Ahora sigo suspendiendo pero no tanto y sobre todo, ya se lo que me hago (o al menos creo saberlo, tambien crei saberlo el año pasado y mira...).
Lo que siempre odie de las charlas que te daban todos los educadores que tenias acerca de el mandar tu vida a la mierda era el echo de que se pensasen que por suspender en un colegio que no me estaba enseñando nada que yo considerase realmente util fuese a tirarlo todo a tomar por culo. Porque yo no era mis estudios, yo era yo, era algo mas. Luego entendi lo de los "habitos de trabajo" y comprendi lo que me querian decir mis padres sobre el mandar mi vida a la mierda, que no se referian exactamente a por suspender, sino mas bien al echo de no trabajar.
Porque la voluntad no sale de la noche a la mañana, hay que cuidarla desde pequeño. Porque si no la cuidas crece al reves. Y cuanto mas profundo es el aujero mas dificil es salir de el. Por eso, aunque no sea demasiado grande, en cuanto te pidan mas esfuerzo crecera hacia abajo a una velocidad aplastante. Yo comprendi esto demasiado tarde. Ahora no tengo voluntad, pero intento cerrar el aujero.
Porque una cosa es que sea dificil salir, y otra que sea imposible. Es posible, cuesta, pero podemos hacerlo.
Al fin y al cabo, caer es una opcion, levantarse es obligatorio.
sábado, enero 06, 2007
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